Deriva continental

Deriva del mundo, deriva del sujeto

“…Rodríguez se desplaza entre el anhelo romántico de cultivar una visión subjetiva propia y la trágica imposibilidad de conocerlo todo; renuncia a un absoluto idealista y nos invita, cuales Wordsworths intrigados ante el choque de tierra y mar, a cultivar nuestra propia visión del larguísimo proceso histórico que tiene como resultado nuestro trágico presente, y al mismo tiempo a reconocer el presente como el único territorio que nos pertenece, nuestro único campo de acción, y nuestra única posibilidad de incidir en el futuro.
Quizás no haya más luz que la propia; con ella podemos dar sentido nuevo a un presente envuelto en sombras e incertidumbres”. Podemos, por ejemplo, orientar nuestra luz sobre la sal esparcida en el suelo, duna blanca cercana a las bestias de las sombras del océano. La sal es índice del mar, ese enorme interior desconocido que forja y destruye paisajes, desierto milenario en el que está escrita la historia del mundo. La sal es índice de nuestras lágrimas y de nuestros propios cuerpos. Somos sal sobre la sal, somos la sustancia misma sobre la que se debe emprender un viaje de destino incierto”.

Gustavo Larach
San Pedro Sula, 14 de mayo de 2012

(2012) Deriva Continental, Alianza Francesa, Tegucigalpa, Honduras.